Cada día se repite la misma historia:
Alguien se graba bailando frente a una cámara,
edita un vídeo con música épica,
y cruza los dedos para que el algoritmo le regale algo de atención.
¿Y todo para qué?
Para conseguir más seguidores.
Porque se supone que cuantos más tienes, más vendes.
Pero sabes que no funciona así.
Vender no va de números.
Va de vínculo.
De saber hablarle a la persona adecuada.
Por eso estamos aquí.
Hay personas que están vendiendo mucho sin hacer vídeos. Sin rogar likes. Sin pagar anuncios.
¿Sabes qué tienen en común?
Personas como Isra Bravo o Alexandre Escot.
Ambos líderes en su sector.
Destacan entre millones de profesionales.
Pero nadie es como ellos.
¿Qué les diferencia?
Primero que son buenos. Y antes de nada se han centrado en serlo, no en venderse como buenos siendo mediocres.
Y segundno, lo hacen con una lista de emails que haría llorar a cualquier community manager.
No tienen millones de seguidores.
Ni hashtags estudiados.
Ni reels cartografiados.
Pero cada mes facturan sus seis cifras.
¿El secreto?
Una newsletter tan buena que parece escrita solo para ti.
Si no tienes una buena newsletter,
estás dejando que tus clientes se vayan con otro.
O peor:
que se olviden de ti.
Y sí, puede que haya newsletters con miles de suscriptores de grandes marcas,
pero…
¿sabes dónde se encuentran?
En la carpeta de spam.
Porque la gente no las abre.
Porque son publicidad.
No hay arte en ellas.
Solo descuentos ridículos y promociones cutres.
El lector tiene que sentir que gana algo cuando lee.
Y eso es justo lo que NO hacen la mayoría de empresas.
He trabajado con listas de hasta 300.000 suscriptores.
He vendido productos de high ticket y de bajo ticket.
Y lo que más he visto que funciona es hablar con las personas con un lenguaje cercano.
Contándoles historias.
Sin que la venta sea el objetivo principal.
La intención ha sido aportar valor.
Y vender ha sido una consecuencia.
En este mundo con tanto humo y superficialidad, cuando alguien te habla de verdad, automáticamente ya nos genera confianza.
¿Cómo se consigue esto?
Dejándote de óstias.
No, en serio.
Si te soy honesto, no tengo ningún secreto.
Lo que yo hago, lo podría hacer cualquiera con un poco de sentido común y ganas.
Pero claro, no todo el mundo está dispuesto a viajar a la otra punta del mundo,
visitar una plantación de café,
comer, dormir y vivir durante unos días con los campesinos,
sólo para escribir un email que hable sobre el café.
Pero ojo.
No suelo trabajar con todo el que me lo propone.
Solo colaboro con proyectos que ya tengan una base:
Si no tienes newsletter, al menos una comunidad de 50.000 seguidores.
Y si ya tienes lista, que tenga al menos 3.000 suscriptores.
¿No llegas?
Puedes escribirme igualmente.
Pero solo aceptaré si el proyecto me vuela la cabeza.
👉 Escríbeme.
O mejor:
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y compruébalo tú mismo.